lunes, 6 de diciembre de 2010

Salto y Me Desvanezco.


Y ella, saltó, saltó y se desvaneció.


¿Qué? Sí, se desvaneció, toda, no por Partes


¿Qué DEMONIOS? ¿Ahí termina su vida? Si, ahí terminó ¡Diantres!, no puede terminar ahí, ¡vamos! No puede terminar la historia.


¡Espera, nunca dije que terminó la historia, dije que ahí terminó su vida. De atrás para adelante, ¡ven, demos un último paseo!, definitivamente no puedo seguir tomando café, me pone nervioso y siempre me he de quemar la lengua.


Escucha, la verdad es que ella era pelirroja, y a veces morena, aunque yo siempre la ví “Azul”


¡Lástima de vida!
¡Astuta muerte! que sigue rondando
¡Uno por uno mis pasos despistados
¡Rápido! Rápido! Córtame las uñas que tengo la cara desangrada
¡Además, dicen que los acrósticos son los únicos que no entienden juicios ni razones, la verdad para variar es que todo radica en una mera desilusión- Se repetía mientras dormía.


Lo ha hecho, por fin te dejaste la greña larga, siempre me decía lo mismo ¿sabes? A veces cuando lo corto, necesito decirle adiós, estas jodidas liendres no me dejaban respirar; te decía que:


La mitad de su vida, viajó por el mundo, conoció niños, hombres, mujeres, pelotas, paletas, música y coleccionaba caminos, era como una máquina reproductora de recuerdos.


Me gustaba tanto verla quitarse el maquillaje, porque cuando lo hacía, podía oler el aroma natural de su piel, y el color azul nacarado de sus ojos me dibujaba una sonrisa que podría durar semanas, antes de que ella saltara, unos 7 días antes, me preguntó que si podía comprarle una noche y que tenía la ilusión de que yo y solo yo, le regalara la penúltima noche del mundo.


Ella quería esa noche, con todas sus estrellas, con todas sus sombras, con las bancas de los parques, con los besos despistados y las arrugas de los ancianos.


¿La penúltima noche? Y ¿por qué no la última? Ah! porque la última noche ya me la había regalado ella, desde el inicio, en el primer día que la vi.


Sí, lo sé, suena extraño pero la verdad no podía negarle nada, sobre todo cuando tenía esa sonrisa, verla escribir, verla bailar, y su obsesión por los viajes en carretera, a veces se sentaba en la ventanilla a dibujar estrellas con la punta de sus dedos, le gustaba tanto jugar ajedréz con las gotas de lluvia que caían en el parabrisas.


Realmente ella era la interesante, mi vida solo era un cajón con agujeros y al conocerla comenzó a llenarme, ella me pintaba figuras en la espalda, ella me levantaba con un beso en las mañanas y corría en calzones por toda la casa, ella era mi todo, el inicio de la historia y yo solo era los puntos suspensivos, si ella no estaba me mantenía inmóvil, porque ella proyectaba la fuerza de mis pasos.


Una noche me enfermé, y cuando me recuperé, sufrí otro accidente, creo que el exceso de alcohol provocó todo, estuve un año en el hospital y ella llegaba los 8 días de la semana.
¿Has dicho 8 días? Sí, es que ella era tan creativa y diferente que se inventaba, horas, minutos, días y años con el afán de mantenerse más tiempo cerca de mí.


¡Dios! No puedo continúar! ¡La extraño tanto! ¡Tanto!


¿Pero por qué saltó? ¿Por qué lo hizo? Si me has contado lo mucho que se amaban, así que ella solo saltó sin importarle tu sufrimiento? ¿No le importó la vida que destrozaba al suicidarse?


-Nunca lo he comprendido, solo lo hizo y listo, era tan impulsiva y a la vez tan metódica, ella tocaba el violín y sus dedos acariciaban las cuerdas, así como lo hacía con mi alma, después de mi accidente, enfermé nuevamente de gravedad, no recuerdo mucho, pero fué como abrir y cerrar los ojos al mismo tiempo, pero de manera muy extraña, cuando reaccioné, lo comprendí todo, ella no estaba, ella se había marchado.


¡Mi habitación desocupada, no había maletas ni ropa, ni agua ni comida y yo estaba atado a mi cama y con las luces apagadas, todo iba mal, yo no comprendí en dónde estaba ella, lo último que supe después de varios días es que estaba en el muelle, en el mismo en el que nos conocimos una tarde de invierno.


Cuando supe en dónde estaba, me solté como pude y corrí hacia dónde se encontraba, le grité con desesperación, pero no me escuchaba, al ver que tenía todas las intenciones de saltar la jaloneé pero ella se zafó, se quedó callada y con lágrimas en sus mejillas, gritó: ¡TE AMO!, y déspues de eso un silencio, déjame decirte amigo que esa frase fue lo más doloroso que me había dicho, así que simplemente saltó.


¡Sigo sin comprender, ¿porque saltó? ¡vamos con todo respeto esa mujer tenía que estar mal de sus facultades para dejarle inmóvil y atado de manos.


No amigo, no le he dicho, Ella, saltó, ¡porque yo había muerto meses antes!
Enfermé de la peste del insomnio y sorpresivamente fallecí, ella vivió 7 meses cerca de la playa, pero no pudo más.


¿Sabes de alguna otra cosa que sea peor que la muerte?
¡No, yo creo que nada, ¿Por qué?
¡Porque si la hay, ¡Vivir a medias!Ese dolor en las costillas cuando respiras y te das cuenta de que sigues asfixiándote, cuando yo morí, ella saltó para estar conmigo, y saltó y saltó y ahora viene en camino.


-Dicen que el silencio es la voz de lo incomprensible, yo digo que lo incomprensible ya me es tan indiferente.


¡Dicen que la vida nos lleva de la mano directo hacia la muerte, yo pienso que si se asoma, es para enseñarnos que si no morimos, jamás comenzaremos a vivir.


¡Desde ese día, Salto y me desvanezco para morir las veces que sean necesarias!

1 comentario:

  1. señorita pipa

    y cuando la muchacha decida comenzar a vivir?
    asi como usted siempre decide morir?

    como siempre es un placer leerla

    gracias por sue letras enfermas

    su alcoholismo aveces pienso si es bendición o maldición pero ha foomentado cada parrafo que sale de sus dedos.


    saludos desde cevilla! y desde aquí toda mi admiración




    le escribe Barrento

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Se Fuman Mis Ojeras.