domingo, 16 de mayo de 2010

¡BEBAMONOS LOS MIEDOS!


Nunca he estado lejos de ver más allá de lo que la vida aún es. La mañana yace a millas de distancia de esta noche.

Ningún hombre podría robarme el corazón, pero con monedas de oro, podrían sobornar al barquero y quizá puedan verme de lejos.

Las estaciones del año comenzarán a enterrar mis sueños subterráneos.

Lo harán con la ayuda de la luna inmediata, cabizbaja y serena.

Fragancia de millones de cobijas absorbiendo las lagrimas de Dios.

Colores cromados con aceitunas en las esquinas, tengo un par de pendientes sin resolver colgando de mis orejas, tengo una melodía apoderándose de mi cabeza, es dulce y amable, tiene aromas irresistibles y promesas en sus entrañas.

¿Qué viene ahora? Me preguntaba mientras viajaba, mientras alisto un par de maletas por aquello de los imprevistos.

Tengo un par de zapatillas adornadas con rayos de sol, son azules con gotas de ámbar.
Tengo un par de alas costuradas con tanza y llenas de esperanza.

Tengo un baúl repleto de cadenas en donde he decidido guardar esos recuerdos inservibles, ya están muy al fondo, tanto que se eliminaron de mi lista de espera.

Hoy por la madrugada mientras comencé nuevamente a fumar, platiqué con la señora VANIDAD, nos cuestionábamos el porqué de los actos innecesarios, el porqué de las mismas historias una y otra vez.

Me cuestionaba el porque no me dejo Halagar mientras el mundo se inclina ante mi majestuosidad, pero reparé en ese acto y dije que no había majestuosidad en mí, solo una mueca diferente en algún lado de mi cara.

¡No hay vanidad que no valga la pena! ¡No hay vanidad mal invertida y sin merecer!- me dijo con enojo, ¡tonta muchacha que no sabe de la soberbia de vivir! – eso fue todo lo que escuche, y dignamente bajó por las escaleras del mar y se hundió en un infinito ¡adiós!

Después vino ella, la damisela de la SERENIDAD, con sus cabellos largos y cobrizos, con el rostro más hermoso que el ojo humano podría imaginar, con una estola amarrada en el sutil cuello de garza, con las manos de un suave aposento que acariciaban mi desdicha, esa mujer supo bien como amartelarme las ojeras y disfrazarme la desesperación, ella no dijo mucho, pero dijo lo suficiente. Esa hermosa mujer de letras cansadas me dijo: “Niña, deja de sufrir, empieza a ser feliz”

Lo he decidido, ya esta cocinándose la gracia por las plegarias sin escuchar, además ¡vamos! Estoy desperdiciando mis 103 años de vida, solo me quedan unos cuantos y el encanto habrá acabado.

Este mes he decidido mentir, solo para saber un par de verdades, y lo he logrado, logré saber lo que deseaba, ja.

¡Rayos! Amo mi mente, amo mi Megálomana manera de ser, Porque ya no hay hombre alguno que me haga sentir, AMO escribirte y que creas todo lo que escribo, soy una sincera mujer que no pretende vivir acompañada, amo la soledad y el tabaco sobre mi boca.

¡Que gusto haberlos conocido a todos, amores pasados, presentes y claro ¡ ...Futuros! ja. Porque todos han de recordarme, cada uno a su manera, pero siempre recordandome.

Fantástica tregua de un placer inquietante, humillación revuelta con fantasía.

Tengo un amigo imaginario lleno de sorpresas, que me susurra todas sus proezas y mágicas historias cuando viene camino a verme.

Le palpita el corazón tan rápido como a mí cuando he de contarle la clase de persona en la que me he convertido, cuando le digo, las muchas bocas que he besado sin sentir sabor alguno.

Porque he de contarle a todo aquel que pose sus ojos en este viejo desván, que, sin dudarlo, estoy un poco loca, un poco enferma, con un pie cerca de las manos de la muerte, estoy deslizándome sumamente sobre su cama y no pretendo dormirme aún, pero no la quiero enfadar, le daremos tiempo al tiempo.

Las cosas no suceden porque a si han tenido el gusto de ser, sino porque han estado escondidas planeando el ataque perfecto, el que podría ser mejor y menos doloroso.

Te he de dedicar unas letras, porque siempre estas tan cerca a pesar de no haberte tocado, en realidad estas más cerca de lo que he notado.

Simplemente porque, puedes endulzarme la vida, porque tu cabello tan negro y lacio se me derrite por los ojos, y podría lamer tu sonrisa hasta dejarte inmóvil, te firmare la foto que me has pedido, le pondré de mi puño y letra las palabras acordadas, y plasmare un suspiro aterrador cuando te la entregue, después sin dudarlo, me acercare a tu boca que aún no he probado, vaciare un estrepitoso beso sobre tus labios y te sonreiré como símbolo de, ¿vergüenza? ¿Sonrojo? Finjamos que aún tengo pudor. Ja.

Estoy empezando a cocinar un manjar perfecto, el mismo que derretiré sobre tu cuerpo, recuérdame que eres un remedio infalible contra la cordura, no debo beberte, ni saborearte.

Estoy, “Armando” Un plan infalible para poder sonsacarte el misterio y perderme en tu aroma sin sabor en mi lengua, te he de regalar una noche, pero no ahora, pero no en esta vida, solo sabré que podre agradecer cada elogio mal insinuado y tan perfectamente estudiado de mí.

Estoy acostumbrándome a la serenidad, y decidida a vivir en paz.

Sin premura alguna comenzaré a ser feliz, con calma y sin desespero, esperare a que los días borrascosos se limiten a buscarme.

Como las alas suspendidas de un pájaro que se aceleran a revolotear por la asustadiza escopeta de un cazador.

Como las sirenas recostadas sobre las vertientes del mar, tan finas y suspicazes con el encanto de su voz.

Vivo en el anticuado paraíso de la sobriedad que no es más que un encanto pasajero.

Sin premura en mis pasos, comenzare a desvestirme lentamente hasta cabalgar sobre el éxtasis de una pasión invisible, en la que no existan más amores, ni pasados, ni presentes y me asegurare muy bien de que los futuros nunca lleguen.

Esta noche, he platicado con el arco de mi espalda, y me ha dicho que está cansada de cargar tantas penas.

Me ha dicho que no se explica el porqué de la obsesionada manía por sufrir, el porqué lamentarme aquel amor que nunca será para mi, mientras él solo se vanagloria y se obsesiona con coquetearle a miles de mujeres, mientras yo, en aquellos tiempos en los que le amaba, siempre tuve un corazón completo para él.

Mi razón me dio un par de bofetadas y me dijo que dejara de pensar en estupideces, que muchas mujeres desean mi belleza y mi mente, elegante y sin titubear, ¿acaso soy demasiado ruin y vanidosa? ¡No! Ruin ¡No! ¿Honesta? ¡Podría ser! ¿Vanidosa? ¡Quiza, quiza!

Como aquellas sutiles cartas entregadas muchos años después, diciendo: “No podemos estar más tiempo juntos, he encontrado un nuevo corazón, más joven y discreto que me puede vaciar la excitación de un solo golpe”

¡ESO ES CRUEL! Sí, lo es, pero al menos es honesto, nos dedicamos a odiarle al pedazo de hoja, cuando es el escritor el que debería pagar.

¡Qué divertida es la vida!

¿Quién quiere hijos cuando puedo tener silencios?

¿Quién quiere hijos cuando no tengo un techo en donde recostar este despedazado cuerpo?

¿Quién quiere Un padre cuando la proeza más grande que hizo fue haberme abandonado?

¿Quién necesita de un padre podrido en oro, cuando lo único que podría haberme dado de valor se resumía a un cuento por las noches?

¿Quién necesita un amor cuando puedo tener miles por doquier, por todo el mundo y sin sufrirles?

¿Quién necesita el amor de un hombre que no sabe amar, cuando tengo a uno perfecto arrastrando mis penas en su espalda, cansándose por mí y discutiéndose la vida con el diablo para salvar la mía?

No necesito más, ¡basta de dolencias mediocres y misteriosas!, ¡basta de lamentar la incapacidad de mi cuerpo por sanar!

Esta tarde rebotare piedras sobre el canal de San Martín.

Caminare a toda prisa y esquivare las piedras que se meten debajo de mis dedos.

Besaré una infinidad de labios sin siquiera tocarles.

Hurtare del cielo la estrella más hermosa y me la colgare en el cuello.

Vaciare los vómitos inservibles de mi cabeza y destrozare de un solo golpe los recuerdos putrefactos que rondaban por estas manos.

Iré de puntillas sin asustar a las luciérnagas que bien me han alumbrado el camino por esta insensata manera de vivir mía.

DOrmire Esta perfecta tarde que aún no llega, escuchare mil veces la llorona de los cuentos pasados, y fingiré que le entiendo y comprendo su dolor, solo para ganarme su confianza y después ¡Asesinarla!

Y voy a apostar mi tiempo.
Y voy a apostar mi belleza indiscreta.
Y apostare los gustos que tanto me excitan y revuelven las entrañas.
Y voy a apostar mis miedos.
Y voy a vaciarlos todos en el mar, para correr con menos carga sobre los hombros.
Y voy a viajar por última vez a Francia, en donde todo comenzó, en donde se adhirió a mí esta terrible peste del insomnio como la que alguna vez existió en Macondo.

Me extraña como las luces se encienden, las luces se apagan, las luces parpadean incansables cuando las cosas no me salen bien.

Me acuesto como un perro cansado, lamiendo sus heridas en la sombra, es un raudo ejemplo pero bien asimilado a esta identidad.

Me recuesto sobre la cama como una cansada mañana después de un diluvio de lágrimas sin sal.

Lagrimas sin ojos Que se derritieron cuando vieron aquella escena, En donde Su eterno amor, La noche, caminaba sobre el cuerpo de alguien más. !fue así como le pagó!

Tratare de seguir una vida descuidada de los ayeres y muy preocupada por este día.

A veces siento que he traicionado al tiempo que no buscaba más que darme una buena lección, pero no estoy dispuesta a dejar que alguien más maneje esta escandalosa vida de vicios y sugestivas emociones.

Tiempo de viaje para aprender mi vida secreta en este mausoleo.

Y La ciudad es tan fea en la luz de la mañana, pero ¡qué bien se siente no estar tan cerca de casa!¡Nunca pudo sentirse tan bien!

¡Bebámonos la muerte! ¡Bebámonos esta noche!

Embriaguémonos por última vez, tu y yo nada más, Sí tú, Mediocre decepción, invitemos a las dolencias y terminemos esto.

Y todo lo que necesitaba para caer no valió tanto la pena.

Si no he de caminar, más vale que me arrastre.

Todo lo que necesitaba para caer, solo eran asustadizos recuerdos.

¡Que mundo más tranquilo después de todo!

De aquello que creí que vendría, nada vino en realidad.

Pero nada me quita el gusto, pero nada me quita el placer de ser un monumento conocedor de los más bajos y viles sentimientos.

¡Qué momento después de todo! ¡Qué momentos! Y ¡son solo míos!

Las estaciones del año comenzaran a enterrar mis sueños subterráneos, ¡VAMOS! ¡DE PRISA! ¡Sin Dudarlo!

¡BEBAMONOS LOS MIEDOS, DE UNA BUENA VEZ!



l'écrivain: PiPa Fumatori ★

viernes, 14 de mayo de 2010

Compartiendo Arte

FOTO ARTE.
SOy solo un cuerpo que demabula por allí,
si saber la belleza que me acompaña me limito a taparme la verguenza.

esta vez, entendamos que fuimos hechos para vivir, sin tapujos, ni miserias.

mi galería... http://www.flickr.com/photos/aliaspipa/

Dolores Voluntarios A La Mitad De Mi Corazón.



Esta es una lágrima humana, envenenada con el filo de mis dedos, porque ya no podemos amarnos más como alguna vez lo soñamos.


En estos últimos momentos de mi no tan larga existencia, he llegado a la conclusión de que he olvidado como olvidarte.

Porque me aferro a la sincronía de tus pasos como siempre ha sido.

Porque no podemos evitarlo y al menos por mi parte no lo haré.

Porque hemos cruzado mares y océanos infinitos solo para vernos a los ojos.
Y no divagues, no lo hagas, porque serías un embustero al decirme que no mueres por correr hacía mi y sin dirigirme palabra alguna, dejar que el mundo se consuma en su rabia y en la envidia característica.

Porque nadie sabría con certeza de que hablamos, porque la belleza del instante es ahora.

Porque así como las flores se salpican de lluvia de sol, mientras la desvanecida luna aún se está guardando, así consumo día a día tus recuerdos que no se mueren y en cambio se van regenerando Y tomando más fuerza.

Es mentira que se olvida con los años. Muy cierto y comprobado está.

Nada de eso se olvida, solo se reafirma, se hace añejo y más fuerte, tanto que podríamos hacer una lápida con nuestro nombre y se volvería ceniza al contacto con Dios.

Porque ya no quiero ansiarte tanto si no has de poder ansiarme.

Porque no quiero desesperarme más, si no has de poder recuperarme.

Porque no quiero necesitarte, porque mientras más lo hago menos puedo tenerte.
No puedo tenerte porque tú no me puedes necesitar.

Quiero dejar de gritarte si no estás dispuesto a contestarme.

Y por más que pase el viento resbalando por la fragancia de mis cabellos, no podre entender el pago de este pecado que no tiene culpa.

Porque no podre saber, ¿Qué paso? porqué no pudimos amarnos como quisimos. Hasta el final del comienzo, hasta el comienzo mismo de las cosas que nunca empiezan.

Y por esta ridícula, enfermiza, obsesionada, triste y mediocre manera de escribir mía, tan particular que siempre termina por escribirte a tí.

Porque no hay motivos del porque no hay murciélagos con visibilidad, quizá serían menos estúpidos si se enamoraran del sol.

La historia de la esperanza consumada y dividida en átomos que al final siempre se han de encontrar.

He notado que estamos callados porque estamos muertos, porque solo nosotros escuchamos los pensamientos, y los demás giran como un giroscopio alucinógeno de algo que no es real.

Porque la vida gira en nuestro entorno a través de millones de años, porque no se que de cierto sea, que hay más vidas después de esta, pero se de cierto que así es cuando se trata de encontrarnos y lo peor no será encontrarte miles de veces en diferentes edades y formas, lo peor no será ver tu sonrisa en cada vida, lo peor no será saber que nos encontraremos de nuevo y me harás el amor otra vez, lo peor será saber con certeza que, ¡jamás! En ninguna de esas vidas, podre tenerte, no podremos envejecer juntos ni morir con las manos sobre el corazón. Eso es lo que más me aterra de vivir.

¿Cuando fue que mi cuerpo se consumió que no me di cuenta?
Y veo esta tumba interminable y no veo alguna flor resbalar de tus manos. Ni lagrimas ni aullidos de silencio.

Y te he de amar, porque es la magia inversa convertida en estrofa, una tregua con la muerte, le juré que si me hacía regresar a tí, le daría cada uno de mis huesos para que se hiciera una peineta en la noche de nuestro último encuentro, imaginario y discreto.

¡Maldita sea! ¡Por piedad! ¡Por Piedad! ¡Te gritaba!, el semáforo se puso en verde y esperé con tantas ganas a que te bajaras, a que corrieras hacia mí, sin importarte nada, solo el amor que estaba succionandome el espíritu que aún me quedaba, la fuerza con la que sostenía ese volante de vida, la saliva atorada en mi garganta deseando llorarte hasta impregnarte los ojos de amor.

Pero decidiste quedarte en tu dolor, así que lo supe, y opte por virar a la izquierda, mientras tú, te limitaste a llorar.

Que triste y aficionada es la vida.

Pero así tuvo que ser, sin poder decir más, así tuvo que ser, así es como se conservan las más grandes e inolvidables historias que se construyen.

Claro que leí esa frase muchas veces del, "No Te Amo" ya la había leído antes de que la escribieras, y la supe aún cuando estábamos juntos, pero prefería seguirte el paso, esperando que algún día cambiaras de parecer, y me dijeras que ya habías logrado amarme.

Pero no fue así ni desde un principio y mucho menos en el final.

Yo elegí no hacerlo, al ver que no había más por amar, que no había ningún motivo por el cual hacerlo, ya no, porque ya no había nada dentro de ese cuerpo.

“Esta clase de certezas se presenta solo una vez en la vida”, Una vez leí eso en alguna parte, y cuánta razón tenían.

Terminé por beberme estas lagrimas que ya me sabían tan dulces, pero al final del camino, las jodidas me provocaron un cáncer terrible en el estómago.

Y a pesar de que estoy muriendo físicamente, me limito a argumentar mis malestares con simples dolencias comunes, porque ya nadie sabe lo que me pasa, porque esa es la verdad del asunto, que moriré quizá en 3 o 4 años, pensando lamentándome el porqué de las cosas tan simples pueden dolerme tanto, ¿porque siempre ha sido así?

Opino lo mismo que ellos:
“El amor no obedece a nuestras esperanzas, su misterio es puro y absoluto, lo que tú y yo teníamos no hubiese podido continuar de haber estado juntos, pero cuanto deseaba compartirlo, como hubiesen cambiado nuestras vidas, de haber obedecido a nuestros impulsos, ¿podría alguien más haber visto toda esa belleza?”

Y te extraño tanto cada noche como esta que comienza
Y lo sigo haciendo a pesar de que dije que no, pero es insoportable caminar por esta gran ciudad tratando de escapar, no sé de qué, pero así es.
Y sigo ansiando tanto que la muerte me dé un consuelo o me diga de un solo tajo que no me queda más.

Porque se de cierto que, extrañarte aún, esta envejeciendome las canas, más y constantemente que la primera vez.

Porque vuelvo a ser infeliz, sin emociones ni pasados entendibles.

Porque siguen recorriendo mi cuerpo manos que no deseo, que ya he mutilado para no sentirlas más, sin trovador ni esperanza, sin alas en los pies, como las que alguna vez tuve.

Como cada noche decido empezar a ser feliz, solo espero aprueben mi petición en el cielo y puedan darme un incentivo por tanta y tanta miseria.

Jamás lo noté, pero creo que al final me convertí en espuma de mar, inherente y caudalosa que se mete entre la yema de los dedos, acaricia y en dos segundos se esfuma de ti.

Ay! Amigo de tanto tiempo, tan azul y escurridizo, con matices por todos lados, el que me salvó de una muerte segura hace muchos años. ¿Que don me has dado? O ¿Qué maldición arrastré de tus aguas muertas? Pero te lo agradezco, me recalcas cada día que estoy más viva que un ermitaño, más viva que un arrecife de corales, un poco más viva que tú y que yo juntos.

Ya pasara de estas manos, ya secaran las ampollas y se marcharan los llantos cobijados por mis ojeras.

Nuestra historia de utópico amor, duele cruel pero a la vez dulcemente,cuando se que, eres tú el único que podría entenderlo.

Y si alguna vez, dos amantes tuvieran la dicha que tuvimos tú y yo al conocernos, si tuvieran la desgracia de perderse y tener una vez más la oportunidad de recuperarse, les imploro que no la tomen, porque sería desgastar anticipadamente la oportunidad de eternizarse, solo una vez en la vida tenemos la oportunidad de vivir algo tan intenso, así que no la desperdicien, así como tú y yo, no lo hicimos.

Ahora estamos juntos con el cuerpo separado, juntos con los ojos puestos en alguien más, juntos aún con las ansias predispuestas al fracaso, Juntos como así sé que será, por mucho tiempo, hasta que alguien sustituya la historia de estos cansados cuerpos.

Perdón, me he equivocado, ya no estamos juntos, solo hemos de compartir el mismo sentimiento por las letras y por las vidas complicadas, Lagrimas para las edades, y hemos de compartir lo que nadie nos ha enseñado: “a sufrir en vano.”


Paredes implacables, suspiros arrepentidos, dolores voluntarios que todavía mantienen la naturaleza de mi escencia a la mitad de mi corazón.




l'écrivain: PiPa Fumatori ★

martes, 11 de mayo de 2010

Mujer De Tendedero.



Este pedazo de escrito se llama: "Mujer De Tendedero"

No tiene secuencia ni un fin común, solo es un poco de mierda de por aquí y manjares de por allá.


"Platicando con una “Iguana” descubrí, que era una mujer de tendedero, colgando, girando, soplada por el viento, con los pies despegados de la tierra e intentando suicidarme con un hilo de caramelo. Soy una mujer que prácticamente se sostiene del vacío, que sobrevivo con el oxigeno que me da el aleteo de los pájaros que se posan sobre mi cabeza." -Pipa-



He Comenzado.


¡DESTENDAMOS LOS MIEDOS! Y ¡QUE COMIENCE EL LLANTO! -Dije-


¡Joder! ahí viene de nuevo ¿qué viene de nuevo insensata mujer?
Escúchala, ahí está de nuevo, De nuevo esta dulce música, aferrándose a mis oídos
Repitiéndose como eructos de azufre con sal.

¡He comenzado a desvestirme una vez más!

No hay ningún hombre en mi vida, lo he intentado pero el resultado no es el que esperaba.
Me he acostado con tantos, pero ninguno resulto tan bueno

Una vez lo intente con una mujer pero, ¡caramba! Soy fanática de los hombres y sinceramente no resultó, lo lamento hermosa mujer, lamento haberte roto el corazón, como casi siempre lo hago, pensé que solo era una maldición para los hombres pero me doy cuenta que no, ¡lo lamento! pero ¿realmente creíste que funcionaria? Te lo advertí pequeña, de mis labios jamás pasarías, ¡por dios! He besado a mis cachorros qué más daba un beso fingido?

Lo intente, vaya que si, y ahora mi aposento es un deseo banal.

Y lo recito como si fuese poema, lo digo sin prenda alguna frente a esta nefasta chimenea, sin tapujos, sin preguntas, sin más basura encima de mi cuerpo.

En un inexistente personaje de palabras que me reprocha cada día el porqué de mis horas y el porqué de mis fraudes amorosos.

Lo sé, quizá vaya al infierno lo sé, pero como aún no creo que exista tal infierno, ronroneare por este mundo unos cuantos siglos más.

Sigo escuchando esa melodía procedente de no sé donde, pero es exquisita, sublime, ensordecedora, y a la vez tan suave, me tiene extasiada, me pone de buen humor cuando mi día es irrelevante.

Ahora que he decidido desechar todo, tengo que escupir todas las manifestaciones de dolor que pudiesen existir en mí, porque como alguna vez alguien lo dijo: “Siempre te has de convertir en lo que no quieres ser”…

¡Detesto! Detesto absolutamente a la gente mediocre y depresiva! Los detesto por inmaduros, por irrelevantes, caucásicos y por su manipulación con esa cara de victima que para ser honesta me provoca nauseas. Los detesto tanto que me comenzaba a convertir en uno de ellos.

Y ¿qué hay de los que me imitan? Que se aferran a mí, tratando de no olvidarme aunque digan que sí, JA, me vuelvo a reír, de ellas y de ellos que subestiman el poder del olvido, si te aferras a él, entonces él se aferrara a ti, es una lucha interminable.

Y sin premura alguna me he decidido a escribir esta noche. Solo estoy descartando la sensación de haberlo perdido todo.

Esta noche me he sentado sobre el techo para escribirle a una estúpida mujer. A mí.

Esta noche volví a ver "Amelie", con su cabello negro y lacio, esos ojos enormes que contagian al mundo de dulzura, se desvive por el mundo cuando ella no tiene uno propio.

Tanta Sincronía, vieja amiga, tanta que juraría estas relatando cada paso de mi vida.

Esta noche con el frio inminente de la ciudad más grande del mundo, me senté cerca de este hermoso cerro, con la ventana abierta y una taza de té, mientras duermes en el sofá te observo callado y precavido, a pesar de tu descanso se que sueñas conmigo, a pesar de tu delgada y preciosa figura, se que la única carrera que desearías ganar es la que te lleve directo a mi corazón.

Lo sé, también yo lo ando buscando, pero me temo querido novio, amigo, esposo, amante, hijo y padre, te apuesto que lo encontraras primero, porque tu logras lubricar mis rigidez con tus manos, con tus ojos y con cada palabra que me pones en las hojas de maple caídas.

El metro se vuelve más veloz cuando me apresuro a verte, amo pasar por su casa, y verla sentada ahí afuera, quieta y tan sincera, preciosa como siempre, con ese rostro de rectitud pero que a la vez refleja un inmenso odio hacía su gran amor, con ese par de ojos inmensos y las cejas más extrañas de la tierra.

A veces me siento cerca y recuesto mi cabeza sobre sus piernas, lloro un par de horas y le pido que me ayude a descifrarme, pero solo me acaricia la cabeza con sus yemas y me dice: “Tranquila pequeña, todo va a estar bien.”

Tú bien se lo dijiste a Diego, “Pies para que los quiero si tengo alas para volar”
¿Y si estas aves son de rapiña? ¿Y si me han cortado hasta la planta de los pies?
¿Cómo volar si he olvidado como se hace?

Lo sabré, cuando me aviente al precipicio, quiza sabré como hacerlo.

Pero ¡vamos! Mi señora, en tu casa azul esta noche y las que siguen, he vuelto a platicarte mi pena, y esta noche no estuviste, ¿fuiste a alimentar a tus pericos? O ¿quizá tus changos tenían tanto sueño que fuiste a arrullarlos?

No lo sé, pero hoy me pondré un smoking, me amarrare el cabello, me lastimare una pierna y cogeré un bastón. Me tomare una foto y se la dare a mi madre, ¡ella siempre quiso tener un varón!

O simplemente caminare sin prenda alguna por los pasillos, ¿qué más podría avergonzarme?

-He muerto por segunda vez- Escribí alguna vez, pero no fue así, no he muerto ni una sola, porque jamás he nacido.

No soy más que el bosquejo aún de lo que podría ser, el ensayo arrugado de lo que aún no es, demasiado desquiciante y enérgica como para ser un borrador, pero así lo es.


He matado por segunda vez, y no me arrepiento, ya alguien me lo dijo un 10 de mayo: alguien que me dejó saber que ser malo quizá no sea tan prejuicioso, alguien que no sé de donde venga ni a donde vaya, pero espero que siga andando por estos rumbos, que me dijo: “Déjame pensar por ti y tu dedícate a vivir”

Aroma con vainilla y arándano revuelto, que delicia de sabor, es la estufa que esta hirviéndome la madrugada, me he cansado del café, ya no me es grato por el momento.
pero volvera el gusto por él, lo sé, siempre regresa a mi.

Me he cansado del tabaco, ahora solo aspiro albahaca para deleitarme con el olor de la vejez de manera Elegante y discreta.

Hoy estoy muy cansada como para quejarme, ni de la vida ni de la muerte ni de lo que conozco y no conoceré.

Hoy estoy tan muerta como nunca lo he estado.

Hoy tengo tantas ganas de besar un millón de bocas y una más, tantas como sean posibles, pero al final como bien me lo dijiste, terminaria por no sentir nada.

Hoy simplemente tengo ganas de bailar hasta que la cebada que acumula mi cuerpo se me escurra de los ojos.

Galletas con canela espolvoreada, huelen tan bien, pero es una lástima que sea alérgica a la canela, que ironía, La canela es un remedio para el amor, es una fórmula infalible para los que desean una pisca de romanticismo, y yo, ¡Carajo! ¡demonios! ¡Soy alergica! me mataría tan solo tocarla. JA.

Hoy me rio, de ti y de ti, y de ti también, y de mí a veces y de la vecina loca ¡por dios! esa vecina que Silva todas las jodidas mañanas junto a mi ventana justo a las 5am cuando estoy comenzando a dormir, he pensado en matarla pero está demasiado obesa y podría lastimarme la espalda, así que, dejemos que las enfermedades hagan lo suyo.

Hoy simplemente mantengo mis pensamientos en una oruga que he dejado a un lado por mi estúpida enfermedad mental.

Hoy simplemente cultivare todos los pequeños placeres:

Meter la mano en un costal de cereal crujiente,hacer rebotar piedras sobre algún hermoso río,expander burbujas de jabón por toda mi habitación,caminar descalza mientras como helado de vainilla,comer dulces hasta que me rechinene los dientes,escuchar el corcho del vino y despues pegarme resistol en las manos para despues desprenderme la cobertura, ah! y sobre todo,subir una cobija al tejado mientras veo las estrellas y despues beberme la lluvia.

Por aquellos textos optimistas que hace algunos años eran mi sustento, pero lamentablemente el lado oscuro de mi ser, se apodero del optimismo y me convirtió en un charco de tragedia.

Que victima soné, ¡que ridiculez! Ahora bien, pensare en cuantos escritos tengo bajo la manga, todos con un porqué, y un para que, ya es el día siguiente, ya es media noche más 19 minutos, y ahora, solo tengo que dormir, y sin embargo, me da tanta pereza hacerlo.

Si has de pensar por mí, al menos déjame saber que pensaras, prometo no omitir comentarios, pero los veredictos anónimos siempre me cosquillean la curiosidad.

¿Lo ve? Me he vuelto un poco más loca que ayer, creo que es por el sedante, o por las horas que he viajado, aún no lo sé, estas luces inmensas de esta decadente pero enorme ciudad están dejándome ciega.

He pensado en el aspecto de eso que no puedo descifrar y creo que todo se resume a humo de tabaco revuelto con cajeta, mezclado, achicharrado y acitronado con licor barato, de ese que te deja una cruda de 3 días.

Soy una alcohólica que fuma cuando más se lo prohíben y esta noche de ¡mierda dulce! He de contar 2 semanas y 3 días sin estar ebria ni escupir humo.

Mérito para quien no lo merece, ¡vaya! ¿Un plauso al menos?

Soy un personaje que vive con la premura de la calma y que reza dos veces al año pensando en que la primera quizá lo hizo mal. JA.

Esta noche no hay nada relacionado con las palabras que he plasmado, lee de nuevo, nada tiene sentido y sin embargo, todo es cierto. Hoy estoy aquí, sin prenda alguna para empezar a ponerme piel de oveja encima de este esqueleto.

¿Qué hacemos? ¿Continuo? O ¿detengo estos empedernidos dedos?, pero, lo peor no son los dedos, porque podría cortármelos y se acabaría el mal, el problema es la mente, esta que se sitúa dentro de mi cráneo.

¿Qué hacer? Porque, Recordemos que ya no puedo pensar más, solo dedicarme a vivir.
Entonces, si no hay más que agregar, con su permiso caballero y dama.


¡DESTENDAMOS LOS MIEDOS Y QUE COMIENCE EL LLANTO!



l'écrivain: PiPa Fumatori ★