sábado, 20 de marzo de 2010

Has Vuelto Del Ayer.



Bulo de ti.

Para mi ahora Esposo.

Cuatro años después, cuando la historia más desquiciada e irreverente del mundo se pudo haber relatado.

Has vuelto del ayer como si fueses bienvenido y no te importó sentarte en el sofá mientras mi cara de susto se ponía verde.

Así, justamente como te olvidaste, con tu sombrero de Alas Francés para variar.
Con la camisa entre abierta y el cordón de plata con un enorme escápelo.

Tus pies delgados y blancos anunciaban que era hora de escabullirte una vez más.
Has vuelto del ayer y no sé por qué.

Tan solo hagámoslo, protejamos el futuro sin daños a terceros, cuartos o los que se enlisten.

Has vuelto de ayer ¿para qué?
Aún no lo sé.

Has vuelto de un ayer más que sepultado.

Ya hace cuatro años que fugaz volaste cerca de mi pantano.

¿Dime porque aún aparece tu figura y esa sonrisa? Esa sonrisa que me tiene sin cuidado, tan sin cuidado que no soportaría no verla.

Cuatro años de jarana y absurdo Son.

Fuiste solo un engaño trágico y vulgar que se suspendió en mis ojos.
Una rápida y letal mentira que se esfumaba como cualquier fumarola de humo en pleno invierno.

Cualquier cosa de ti era magnifica, tus sobras y tus miserias me hacían conformarme
Y fuiste una verdad falsa que no me dejo amarte, ni un solo instante.

Si hubiese encontrado un momento en el cual recordarme, la música en medio del pasto.
Las manías y tus adicciones.
Tus manos heladas debajo de mi blusa
la manera en la que me mirabas cuando comía dulces con cerveza
si tan solo recordaras la manera en la que jugabas con mi cabello mientras me tarareabas "la valse de Ameli".

¿Cómo pretendes que olvides tus enormes y fantásticos Ojos Azules? Tan azules que el mismísimo mar se revolcaba de envidia.
Eres lo que nadie cree y lo que el olvido mismo no se atrevería a dejar de lado.

Yo recordare hasta la muerte aquella cena en Madrid, debajo de aquel restauran en donde vendían el café más amargo y dulce de los campos, ese lugar en donde vendían el mejor tabaco del mundo.

No pienses en segundos, piénsame en cada instante, tal vez puedas recordarme y quizá puedas llamarme tratando de olvidar al propio olvido.
¿En dónde nos quedamos?

Hace cuatro años. ¿En qué esquina me soltaste la mano?

¿Que hicimos de ti y de mi? ¿Qué hago regresando al mismo lugar en donde te conocí?
Quizá pueda llamarte al número que nunca habrás de contestar y más a sabiendas que soy yo quien te aclama.

¿En dónde te quedaste?

¿Cómo te golpeaste tan fuerte la cabeza que me olvidaste? Siempre fuiste torpe, pero ¿olvidarme? ¿A mí? Tu mismo lo dijiste aquella noche, ERES UNICA E INIGUALABLE, INOLVIDABLE A PESAR DE LA AMNESIA, ¿lo recuerdas? No, no lo recuerdas, porque desaparecí de tu memoria.

Borraste un poco más de lo que está permitido olvidar.
Las camisas que bordamos con flores de almendro, a las 6 de la tarde mientras jugabas con mi cabello.

¡Recuérdame por favor!

El desayuno en plena tarde de Abril, era mi cumpleaños y te asomaste por la ventana, me miraste y dijiste, ¡Barbará! que hermosa eres, aún no comprendo porque Dios me dio este regalo, esta hermosa princesa con ademanes de hippie que siempre será una mariposa con alas demasiado grandes. Yo sonreí y seguí fumando junto a ti.

Después me besaste el ombligo y dijiste "¡No sé que eres Mujer! no sé qué cosa eres, pero lo que seas me tienes maravillado, estos meses junto a ti son como haber regresado de la muerte un poco más viejo y más joven al mismo tiempo".
Después de eso sentiste un dolor abdominal que caminaba por tu espalda hasta llegar a tu cuello y me pediste un beso.

Nos levantamos y pensé que quizá podríamos ir a visitar un poco la vieja España, recorrimos sus calles, tú y yo tan jóvenes, en ese momento deseábamos morir viejos, y tener decenas de hijos, perros, gatos o lo que fuese.

Días más tarde, la serenidad de tu madre alzo el teléfono, teníamos que viajar, por mares infinitamente enredados, en ese barco enorme con millones de lujos y lo único que llevábamos encima eran mis botas de escalar, tabaco, licor, galletas, dulces, una vieja lámpara sin pilas y centenares de chicles en los bolsillos.

Llegamos a Francia, y sentimos que la ciudad era de nosotros.

Ya son cuatro años desde que Paris nos vio parir gemidos de felicidad, mordimos la torre Eiffel de un costado ¿recuerdas? La torre de Pisa nos hizo una reverencia y desde ese día se ha quedado así, de un costado y esperando que le devolvamos el saludo.

¿Cómo olvidarte si solo tú y nadie más pudo definirme tal cual, sin equivocación alguna?

Has vuelto del pasado cada año desde hace 4

Te gustan las cosas simples como a mí, caminar descalzos sobre El Lago de Leucate.
Comimos panes de ajenjo sobre las aguas del Lago Bourget
Salpicarnos de charcos de sol
dormir bajo un manto de estrellas mientras dejamos la mente en blanco.
Solo a ti te gusta la comida dulce tan dulce como a mí.

De Francia, es nuestra Amelie, ¿la recuerdas? Sí, Ella, la que nos enamoro.

En estos últimos dos años me la he pasado escribiéndole a los pasados, sinceramente sin motivo alguno, pero de todos los ayeres eres tú, quien se quedara eternizado, por las cosas platicadas, por los constantes caminos, porque nunca hemos dejado de ser intolerantes con la distancia, porque solo contigo me casaría un millón de veces por año Y por qué Francia, el café gourmet y tú, serán inmortales en mi memoria.

Regrese un año después a ver si te encontraba, pero nunca supe más de ti, no supe que paso con las galletas que una vez me cocinaste mientras comías pedazos de fresa sobre mi boca.

Tu "Guadagnini" ¿En donde lo dejaste? Ese mismo que salías a tocar cuando te enojabas conmigo y después de media hora, llegabas con vino del mejor a cantarme y decirme “Je t’aime, Je t’aime, Je t’aime Piccola querida.”

Cuatro años hace tanto tiempo que te perdí de vista, porque esos inmensos ojos azules con fragancia de lavanda y esa sonrisa despistada con aires de no querer soltarme jamás son lo único bueno y sincero que he tenido en la vida.

Tengo la plena sospecha que si llegaras corriendo por mí, sin miras a ningún lado me quedaría contigo, entre los brazos de tu cuerpo perfecto, entre los labios más jugosos que jamás conocí, en tu piel deliciosa y tu cutis perfecto.

La voz tan grave y estilosa que me acompañaba a dormir todas las noches aquella madrugada que conocimos por primera vez Madrid.

Después de un año y dos meses me diste el anillo que nunca quise aceptar y ahora es incierto su paradero, sigo pensando que se perdió en mi escote.

Lloraste durante días y estuviste 2 o 3 más sin hablarme, después me besaste, me hiciste el amor como pidiéndome perdón, comprendiste y me dijiste que no podías controlarme, porque yo era un pedazo de papel flotando sobre una nube.

Así me decías tú ¿recuerdas? ¡Un pájaro, eres tú! eres mi Frida pequeña, “hermosa ninfa de mis dulces sueños” esas eran tus palabras.

Pero nunca comprendiste que no debíamos separarnos.
Te sigo esperando, aquí a donde siempre he de regresar.

Cada año me quedo aquí un par de días y luego me marcho, Si algún día pudieras encontrar mis letras, comprenderías que no soy más que tu sombra al caer la noche, el tenedor de tu pasta al terminar de comer, sigo siendo la toalla que usabas en la ducha, seguiré durmiendo del mismo lado, porque así nos acomodábamos en tu cuarto

¡Volvamos a París! a esa silla de metal que nos acepto como legítimos dueños.
¡Recuérdame por favor, acuérdate de mí! ¡Reconóceme o no seré menos que una ausencia inevitable!

Volvamos a ese puente de miles de mariposas en donde me cortaste un cabello y te lo fumaste.

Volvamos a pasar por las luces de la chimenea en donde nos cantaba Carmen.
Volvamos al presente, y no te alejes de mí, no sé porque has vuelto del pasado pero fue inesperado tu regreso.

Me quede pasmada un día completo y no cabía en mí tanto desenfreno.
Adoptemos a ese hijo que siempre quisimos. ¡Anda! Hagámoslo!
Olvidemos a tu padre y al mío por lo consiguiente, los que nunca aceptaron la relación.

Olvidemos los alardes de las fortunas compartidas, olvidemos el oro, las camisolas largas, olvidemos el secreto en el que vivimos, solo empaquemos pan duro, pedazos de turrón y viajemos, como lo hicimos hace cuatro años.

Así, de la misma manera en la que me conociste, Por esa división y frontera a la que nunca volví a regresar.

Cántame un fandango de media noche con tu voz enredosa, con tu exquisito acento México-Francés, comete mis paletas de maní, y sígueme diciendo "Frida pequeña".

Has vuelto ¿esta vez porque? ¿Te quedaras? O volveremos a esperar cuatro años más. Dímelo solo esta vez, estoy hostigada de los estúpidos silencios que lastiman como malditos perros devorando los brazos de un niño.

Madrid, parís, Francia, Roma, Florencia, Barcelona, San Agustín, Italia, Inglaterra, Europa y México.

Tantos lugares recorrí junto a ti, que hoy es difícil pronunciarlos sin tu recuerdo a un lado.

Tlacotalpan encendió sus mecheros y Tonalá acepto tu afinación, Córdoba te sedujo con su aroma a café y Jalapa te deseo Feliz viaje, pero fue San Cristóbal en donde jamás te volví a ver.

Has vuelto del pasado, yo he vuelto a tu sillón, de donde jamás me debí levantar.
Has vuelto del pasado y es hora de dormir, me has marcado 7 veces, a sabiendas que es nuestro número, ¿Por qué lo haces? ¿Eres un muerto vestido con piel de vivo?
Has vuelto y espero te marches pronto o te quedes lo suficiente hasta darle las condolencias a mi esposo.

Sí, mi esposo, me he casado con un fantástico y maravilloso hombre, son muy pocos los que saben que me amarre de pies y manos porque he decidido morir, al perder mi libertad he muerto, pero me esposaría 7 mil veces a ese hombre que es mejor que yo y peor que tú, ese hombre que es peor que tu y mejor que yo, solo sé que deseo recordarlo toda la vida.

Así que, si tú estás muerto, puedes buscarme en tu mundo, róbate una llave de mi pecho y jálame hacía tu ropero, guárdame y no dejes que me vaya.

Salte a pasear, hagamos un plan, ve por el pasillo, y minutos después iré, y cuando mi recién esposo pregunte por mí, le dirán que desaparecí caminando con una bata azul, como el interior de tus ojos, le dirán que me marche de la mano de mi ayer.

Has vuelto del ayer y yo iré caminando detrás de ti con los brazos atados, con la mirada perdida y con la felicidad haciéndome reverencia.


¿Sabes en donde estoy esta noche?, Adivina, tomamos un avión y el primer lugar que pisamos fue, "agua con escarchas de hielo" hacía frío como esta noche lo hay, son 8 horas menos que ayer y más que hoy.

¿Sabes en donde estoy esta noche? ¡Exacto! se que lo sabes, precisamente aquí, y tú lugar esta vacio.

....Has vuelto del ayer, me marcho, es hora de volver al presente.



l'écrivain: PiPa Fumatori ★

1 comentario:

  1. Antes de finalizar tú AYER... Hubieses insistido a tu recuerdo, el visitar ese olvidado y bello lugar!

    Construido en 1880 por Benton Jones y es el más largo de todos: 122 pies. Ahora detente, y has un pedazito de separación entre un parrafo y otro para poder ubicar este pequeño recuerdo, perdido y ubicado sobre el Río Middle, al sudeste de Winterset.

    . Dale un besó a tus pies .

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Se Fuman Mis Ojeras.