jueves, 5 de agosto de 2010

En La Misma Cantina.


La puerta más grande que había visto.

La ventana más asfixiante en la que había respirado.

Mujeres, cantineras y cotizadas musas esperando por un hombre, y fui yo quién de un empujón paralizó las miradas.

Con los ojos hinchados, con las manos lastimadas, con la nariz perturbada, con los labios partidos y secos.

Entré sin pedir permiso.

Y así me sucedió los siguientes 4 años, día con día haciéndome amiga de cada mujerzuela que llegaba al mismo sitio.

Mes con mes bebiéndome hasta el último sorbo de cebada.

Como induciendo a la desgracia a que se revolcara con mi cordura, pero ¡Nada! No pasaba nada!, ni enfermedad, ni derrames, ni degollamientos, absolutamente nada!

Pero esta noche fue diferente, Esta noche no se compara a ninguna, esta noche bebiste de mi copa y me la sorrajaste en la cara, me pusiste en la rocola “EL Último Trago” de la insaciable Chabela y le pediste a la cantinera que me llevara una botella de Licor, de la más cara, de la más amarga, y dentro de ella, una nota arrugada y carcomida que decía:

“Esta noche me sentaré a dos butacas de ti, esta noche me reiré de tu dolor, esta noche te veré llorar Mi desprecio, Esta noche mientras tú Te despedazas por mí, yo me daré el lujo de llorar por alguien más.”

En ese preciso momento, me hice invisible, me sentí humillada y halagada al mismo tiempo, fue entonces que de un golpe se introdujo en mis entrañas, un revoltijo Detestable que me martirizó toda aquella “Interminable” noche.

-Pipa F.-



¡Qué Nostalgia Tan MOJIGANGA!

Después de una hermosa pausa en dónde las parrandas eran mi calma, ¡mire nadamas! que esta noche tuvo que envenenarme la añoranza que tan bien adiestrada la tenía.

¡Y No hubo, ni Habrá, Noche más triste, que esta jodida que se me escapa!

¡Tanto desgraciado destino y tuve que toparme con el peor de todos!

Estas cosas que son tan simples, son tantas señales que nos regala la vida y por confiados No las tomamos en cuenta.

Y vuelvo a caer, ¡Caramba! soy tan ordinaria.

Cuanto duele lo que ya pasó.

Tanto me pudo doler el pasado, que pensé haber desechado todo en aquellas noches de Diciembre.

Sigo pagando mis malas pasadas.

Temor de recaer en los vicios, de nuevo con las cosas queridas porque sigo pasando exactamente por lo mismo.

Y estoy despedazada, soñando un regreso que jamás sucederá.

¡Pérfida noche, Me dueles tanto!

Dudo mucho que pueda volver a querer, el mundo ha sido testigo de la sangre corriendo por las calles, sangre pasmosa y lo más gracioso es que, ¡TODOS SABÍAN QUE ERA DE ESTA POBRE INFELIZ!

Solo así, así de simple, En esta madrugada me limito a decir que estoy trastabillando a causa de tu recuerdo.

Esta puerta se me ha cerrado, ya hace tantos abriles que no veo las huellas de mis pasos.

y ¡Te tuve que encontrar, En la misma cantina!

En dónde encontraré a las mismas personas, las mismas copas vacías, la mesa tendida de barajas y de suertes que nunca me han dado fortuna.

Y ahora, ¡Justo ahora que me he quedado calva de tanto pensarte, resulta que te gustan las trenzas! ¡Eso fue tan injusto!

¡Qué desgraciada suerte tenemos las benditas mujeres!

Tan simple como eso, como que te devoras mi corazón una y otra vez.

Un Hermoso fracaso que el consuelo me brinda en esta vida decidida a ¡Terminar conmigo!.

Me parece mentira! que Justo Cuando Me Había Bebido La Última Copa, ¡Resulta Que Llegaste a la misma cantina! !En Dónde Cada Noche Te Llego A Llorar!

¡Me parece una burla! Que tengamos que sentarnos en la misma barra, en el mismo lugar, a la misma hora.

El mismo día que Yo te lloro a ti, Tú le lloras a alguien más.

ESTOS DEDOS QUE NO DEJAN DE LLORAR, Siguen sin nada que hacer, sin nada que decir, quizá me los debería mutilar.

La misma cantina viene escapando de la Tristeza, viene escapando del lloriqueo del corazón.

¡Y tú, mirándome como si te gustara revolcarte en mis ojos!.

Si sabes bien que te llevo en cada parte destrozada de mi cuerpo.

¿Por qué me sigues amarrando a tus pies?

¿Por qué me dejaste en medio de un Tirano recuerdo?

Y ahora que me había resignado, vienes devorándome con esas frases que jamás me dijiste en Vida.

“Que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo” Eso dice VARGAS!

Pero, ¡Querida mía! ¡Señora de mis múltiples desconsuelos!

Lo que Usted no sabe de este hombre que he amado tanto es que ¡No es simple! Y ¡No es complejo! Este hombre Es un dolor inmenso que se ha acomodado en mis entrañas, que me ha aniquilado cada año y nisiquiera el viento llegó a soplar tan fuerte como para desvanecer de mi boca su silencio eterno.

Y Después de la Vigésima tercera ronda, ya veía nublado el pasillo.

Y comenzó El rasgueo del Mariachi, jamás te dirigí la mirada, me límitaba a sonreirle a los extraños que llegaban, no quería testigos, no quería sobornos ni licores pasados.

Eran casi 25 hombres los que te acompañaban, todos sufriendo por una mujer, y en medio de todos, Mi presencia reclamándole a cada uno, "La Desfachatez de Tus Actos".

¡Quisiera adorarte más para morirme de una vez!

¡Pero te sigo amando en medio, a la mitad de las frases, a la mitad de los reproches, no te Logro olvidar, pero Ah!! ¡Cómo te recuerdo!

Después de 7 días y 7 noches de no salir de la cantina, ninguno daba su brazo a torcer, todos callados como un duelo predestinado a fracasar.

Como un duelo con la vida, en dónde yo estuve muerta desde un principio.

¡Más Cebada! ¡Más Tequila! ¡Más Fracaso! ¡Más Gloria! y en la barra solo habían apuestas Y Una Bocanada de Mezcal.

Ya todos sabían nuestra historia, la ingenua dama, que se engatusó de un muchacho cualquiera, Un “cualquiera” que se topó en una noche de parranda, un “tipejo” que la elevó sin preguntarle si le temía a las alturas.

La historia de un hombre sin futuro que no sabía si el viernes era santo o si las mujeres eran sagradas.

Un canalla que después de haberla despedazado se dio el lujo de tirar sus pedazos en lugares separados.

Y sigo buscando mis partes, y sigo muriendo y cayéndome de par en par, la última pieza encontrada en esta cantina, y antes de recoger el pedazo que me faltaba, fue Justo en ese momento en el que "El tipejo" Gritó:

¡Vámonos! ¡Cerremos la cantina! Ya no hay motivo por el cual quedarme, ¡ENCONTRÉ SU CORAZÓN!
-Ahora sí, he acabado contigo- Me dijiste mientras llenabas un recipiente con "licor barato" , era momento de curtir mi existencia.

Mis ojos derretidos, los lugares vacios,No había más gente,No había más música, solo yo y mi Rídicula Amargura, solo mi ignorancia aplaudiéndome por haber fallado, ¡Una vez más!.

Un tiro de gracia por si acaso alguien intentaba resucitarme "Un beso que me hundió más allá del destierro mismo" No necesitaste tanto para destrozarme y fue así, que ya no quedó ¡Nada!

¡Y Me pareció mentira! que Justo Cuando Me Había Bebido La Última Copa, ¡Resulta Que Llegaste a la misma cantina! !En Dónde Cada Noche Te Llegué A Llorar!




l'écrivain: PiPa Fumatori ★





El Joven Viviente En El Cuadro: MOSCA (Gracias)

2 comentarios:

  1. Nadie... nadie canta el dolor, como lo cantas tu... Pipa-Chavela.

    Un saludo.

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  2. Estimada señora:
    Su muy apreciado comentario llena mi alma y me vacía, ahora, de palabras; sumiéndome ademas en una sentida reflexión.
    Un autentico placer su visita. Deseando que sea una mas de una serie, espero, sin fin.
    Quedo a sus pies mi dama.
    Max.

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Se Fuman Mis Ojeras.