domingo, 27 de junio de 2010

Casualidades Impertinentes.



Estrepitosas Casualidades ¡Y yo estaba tan bien! pero de nuevo la tentación me sonsacó y terminó por convencerme!

Un encuentro casual con la muerte, Mi tan añorado enfrentamiento fue más desilusionante que haber encontrado en el desván de mis memorias, decenas de cartas pasionales dirigidas a un hombre, pero ¡Escritas por mi esposo!

Y haberme besado el codo parecía imposible, pero no tanto como haberme desenfrenado por mi cuñado, como haberme bebido de su boca toda la culpa que pudiese tener.

Tan culpable me sentí de haberle traicionado que nos encerramos en mi cuarto las siguientes noches hasta el día en el que nuevamente mi prometido nos sorprendió.¡Me encanta ser tan descarada!

Casualidades impertinentes que vienen a enmudecer mi calma.

¡Y yo estaba tan bien! y de nuevo la tentación me ha venido a sonsacar.

Esta vez vino vestida de negro como casi todas las veces, pero esta vez sus labios se veían deliciosos, tan suculentos que me sentí como un insecto asomado en la rendija de un candelero.

Con su sabor apasionante, y es que a decir verdad, esa mujer me vuelve loca, me pone extasiada, cierro los ojos y solo deseo que me arrastre, me consume las ganas de vida y hace que de un solo golpe se me salga la felicidad que pudiese tener.

Vacía, tan vacía como yo.

Y nuestro encuentro fue una impertinencia de la vida, justo ahora que comenzaba a respirar.

Justo cuando no tenía más dolor por sentir, me miró con tanta lástima que hasta mi desfachatez sintió vergüenza.

Justo cuando me había bebido la última Copa, resulta que siempre estuve Sobria, sola y abofeteada.

Fue entonces cuando vino la muerte a decirme con voz lastimera y muy afligida, tan afligida como jamás la había escuchado.

“Por favor ¿Podrías detener el silencio que transmites con tu nostalgia?

Por favor ¿podrías callarte un momento? Estas tan enmudecida que me desconcentras.

Por favor ¿Podrías girar la mirada? Estas inundando mi cama.

Llora hacía la izquierda porque este barco comienza a ladearse.

¡MUJER! Hazme caso, ¡Detente que nos vas a matar! ¡basta de sonreír! ¡basta de dibujar tu realidad! ¡basta de llorar! ¡Basta! ¡Basta con tanta tragedia!

¡MUJER! Contigo no somos, no existimos, nos volvemos pequeños, todos los sentimientos lastimeros y denigrantes que podamos existir no podemos sustentarnos, contigo llegamos al PAROXISMO ABSOLUTO.

Después de un estruendo, llegó ella y me Cantó al oído: Por favor ¿Podrías dejarte besar por mí? Será rápido, frio y sin retorno, me has llamado tantas veces que ahora no se si quiero abrazarte.

Me llamas Hades, Pero te he observado tanto que dudo que sepas quien soy, no me temes en ningún momento y sin embargo me aclamas a todas horas, creo que no podría competir con alguien más muerta que yo. ¿De dónde has salido? Nunca antes escuche hablar de ti.

Y YO LE CONTESTE: Por favor ¿podrías prestarme un pañuelo? Se me salieron los ojos, fueron arrastrados por el mar que broto de ellos. Perdón ¿Me decías algo?

-¡Nada, no decía nada, Regresaré cuando estés un poco menos muerta, si te llevo ahora ¿entonces que podría llevarme? Aquí No hay ni cuerpo ni alma, solo retazos de ti, No hay nada por el momento, prosigamos cada quien nuestro camino.”

-Pipa F.-

Este es el acceso violento de una enfermedad.

Frenesí, lamidas de un perro sobre tus heridas.

¡Demonios! La saliva de un canino puede curarte las llagas. ¡Es cierto! vi alguna vez a un anciano con las plantas de los pies deshechas por una enfermedad Desconocida, se sentaba todas las tardes en la banqueta a quejarse de su dolor, las pupilas dilatadas como si hubiese consumido heroína, la boca reseca y sus escandalosos quejidos.

Un perro grande, Viejo, color marrón, llegó a calmarle su dolor, Llegaba diariamente y sin poder ahuyentarlo se ponía a lamerle los pies al condenado, sin rumbo y sin comida se quedaban los dos retozando cada uno con su tragedia, así fue por muchas semanas, cuando el perro enfermó, el anciano se puso de pie, corrió alebrestado hasta su casa y nunca regresó a donde el perro.

¡Murió! Le dijo un carnicero al anciano cuando se acordó de su fiel amigo, cuando usted se curó, el perro murió de hambre, esperaba que lo alimentara pero usted jamás regresó.

El anciano lloró 700 noches con sus días y contrajo nuevamente la enfermedad, pero esta vez ya no había sanador, ni rastro del que algún día le salvó la vida…

¡He de comprarme un perro! esta misma tarde lo haré, me sentaré en una banqueta y dejaré que me lama el corazón, espero que aún tenga remedio, que lo haga cada día todas las noches, pero a diferencia del viejo, yo me he guardado un retazo de carne en el bolsillo, ni él ni yo volveremos a necesitarnos, pero si acaso fuese demasiado tarde y ya no tuviese cura ¡Que se coma mi corazón si es que ya no sirve! ¡Que lo despedace! que al fin y al cabo todo oscila en una mera desilusión.

¿Lo ves mujer? Todo lo bueno que se hace pareciera insuficiente.

¿Lo ves mujer? Todo el daño que se causa tiene un retorno, siempre volvemos a donde hemos comenzado, No son casualidades, son regresos inevitables de la vida.

¿Lo ves mujer? Siempre han de pagarte de la misma manera, ni con estos ni con aquellos, tu vida será completa hasta que dejes de besar y lamer cuerpos frívolos y desgastados.

Cuantas veces no me ha sucedido, que cuando empiezo a levantarme, vuelvo a pisar lo resbaloso.

El cielo nublado, tal parece que le gusta compadecerse de mí.

El cielo llorando, ¡Gracias! Te has puesto a mi altura.

La gente tan silenciosa, como las canciones sin letra y la melodía escurriéndose entre los oídos.

Mariposas girando entre mis dedos y soplándome la nuca a punta de aletazos.

Grandes pérdidas en la vida, pérdidas que nos recuerdan que no es bueno aferrarse a nada.

Y cuando todo parece reposar en la calma, llegan a mí, una tras otra, como si no tuviesen tiempo de dormir, todas aquellas cosas, personas, cartas, melodías, tragedias, dichas, alegrías y tristezas que se convierten en casualidades impertinentes, arrabaleras e inservibles.

¡Mierda! Estos Malditos Alifafes Son Como Pupas Que Se Revientan En Mi Caletre Y Siguen ¡Jodiendome! Nadie Los Ha Convocado, Nadie Los Solicita, pero siguen Pasoteandose Como Rameras Por Las Esquinas Esperando Su Siguiente Comprador.

Las casualidades impertinentes que enmudecen mi calma, mi sobriedad y mi resignación y se vuelven molestias, vomitivos recetados por mi alma para poder curarme.

Lo único que ha valido la pena todo este tiempo, es el dolor intenso, así es, si no sintiera dolor, no estaría viva, a medias vueltas o con giros completos pero con la libertad de poder equivocarme cuantas veces sea necesario. ¡Cuántas veces se me de la gana!

Las coincidencias, son sin pensarlo, absolutas, fantásticas, sorprendentes, trágicas y casi siempre dolorosas.

No hay duda, no hay persecución.

Dolor, prefiero sentirme a salvo de ti, antes de escucharte en el sonido tan vacio de la brisa ó en los momentos en los que puedo dormir, metiéndote hasta por debajo de mis bragas.

Y Así seguiré hasta que no quede más que escupir, absolutamente nada, Trato de no mentir, y para ser honesta casi nunca lo hago, por eso sigo sin dormir.

Tócame y háblame claro, termina por comenzar, ponte de nueva cuenta enfrente de mí y platiquemos un rato.

He tratado de hacer las paces contigo, de que revisemos la bitácora de eufemismo y controlemos estas irregularidades que me están matando.

Y para ser honesta, no entiendo el objetivo ó ganancia de este maldito acto tuyo.

Siempre al asecho, pensé que estarías tan ocupada que no me recordarías, que solo de vez en cuando te acordarías de mí, pero no es así.

¡Sadica Asquerosa! siempre soy la primera de tu lista.

Aterradoras canciones que se alimentan de mi cabeza, se tragan mis sesos y no pueden detenerse.

La muerte tan astuta y yo tan despistada.

La vida tan hermosa y yo tan sufrible.

Las cosas tan pacientes y yo muriéndome de la desesperación.

El amor que es mi único salvador y yo pidiéndole ayuda al infierno.

Fotografías invaluables que significan más de lo que alguien pudiese entender.

Letras cansadas, dolidas y dispersas que hablan más que un enjambre de avispas al mismo tiempo.

Una noche que ya no recuerdo me topé en la esquina de la botica a la muerte.

Una noche que ya no recuerdo me tope de frente al escándalo, me lo tope justo en medio de un funeral.

Una noche que ya no recuerdo conocí al hombre que me sanaría la locura y ¡vaya si es graciosa la vida! Tanta era mi demencia que esa misma noche lo Maté, creyendo que era un homicida le cercene la garganta y desde esa noche, me lo topo cada día con las mismas ganas de salvarme y yo ¡vuelvo a matarle!

Que coincidencias de la vida, tan deslumbrantes e imperceptibles, fisgonean por mis calles y me persuaden para que no crea más en la vida, sino que me aferre a las manos de la muerte.

Casualidades de la vida me han traído de vuelta al disparate, y mi encuentro con la muerte fue un poco más excitante que haberme desnudado ante una multitud.

Mi encuentro con la muerte fue la mejor equivocación, porque al verme, ella palideció y con su grito aterrador me dijo: “Tal pareciera que somos la misma persona.”

No te asustes mujer, aquí nadie sale a menos de que no quieras entrar.

Caminemos, ¡anda! bébete de mi boca el néctar que tanto deseas, ¿no es acaso lo que me pedías?

Casualidades que nunca debieron de haber estado siguiendome los pasos.

¡Bastardas coincidencias que ni siquiera saben mi nombre!

Estrepitosas Casualidades ¡Y yo estaba tan bien! pero de nuevo la tentación me sonsacó y terminó por convencerme!



l'écrivain: PiPa Fumatori ★

2 comentarios:

  1. Ola...

    no entendi mucho tu comentario acerca de unas cosas..!!

    sii jessica es mi amiga
    tambn escribe bonito...
    y tiene un blog por su cuenta..

    jeje no entendi la parte de las fotos...
    esas son mias las de mi blog...

    pero a ella le agradan un poco

    saludos...

    gracias por pasar...!!

    ojala pases cuando suba algo nuevo
    jeje

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  2. Caminas con pie descalzo sobre bosques de cristales rotos ¿y crees que es casual?...

    Si te dieran a escoger entre una lágrima y un beso...apuesto por la la primera, ya que lo obvio no va contigo. Y si en el enrevesado caracter de tus letras se esconde alguien, creo que no es una jóven muchacha llena de preguntas...apostaría más bien por una anciana llena de respuestas. Respuestas crudas y dolorosas, pero reales y sabias.

    Tú eliges, tu creas tu mundo, y porsupuesto, tu lo destruyes.















    S0uto

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Se Fuman Mis Ojeras.