jueves, 28 de enero de 2010

Epístola De Una Celda



¡Márchate! HERMOSA Y SUAVE MUJER, por favor márchate
¿Que no ves que no tengo futuro?
No tengo pasado, mucho menos presente, ¿futuro me preguntas? Ni hablar.
Estoy a la mitad de nada! Justo en la arista del precipicio.
Mi condena es imposible,
Mi condena es personal
No pagaras por mí

Los años están salpicándome de inocencias
¡Mírame!

Mis lágrimas lloran, eso es ¡inaudito!
Desearía tanto ser el batiscafo de tu abismo, salvarte a ti y a mí
Por supuesto, desde luego que deseo besarte,
Así sera por estos 700 años de condena
Un día para Dios, encerrado desde las rendijas de mis ojos.


Esas eran sus disculpas cada noche, lo veía pasar, me tocaba y se abalanzaba contra mí, como si yo tuviese la culpa de sus disparates, el pobre enfermo terminal, el insignificante humano con una culpa más, y pensaba que estrujándome y sorrajandome podría salir más rápido, no lo fue, así tengo dentro de mí a miles de incautos, esas eran sus palabras cuando ella se marchaba, era tan cobarde, que así vivió sus siguientes 40 años en agonía, sin decirle ¡quédate! ¡Muere conmigo amante de mis sueños!.

Asi se la paso hasta que una tarde cualquiera entrego sus disculpas y una mujer delgada y pálida vestida de ropa gris con pinta de no querer volver, lo arropo, lo beso y se lo llevo, desde ese día no he sabido nada de ese infeliz, me pregunto si ¿estará bien?.

"Carpe diem quam minimum credula postero" Fue l último que susurro aquel hombre.


Que largo es este pasillo, vaya que no tiene final, como amartelados sonidos de bendiciones que salen de la capilla del cura, desafinados lamentos añejos y olvidados pidiendo perdón, cada uno tiene su tinta y papel pero nadie escribe, ¡solo yo! que no tengo ni ojos, ni boca y mucho menos manos para sostener.

Pasan despacio los días y épocas suicidas, a mi no me aburren, a mi me llenan, me habitan, me sustituyen cada determinado mes, tengo más vida que silencios.
Gemidos de putas que vienen en busca de sus monedas mediocres, y ellos callados y asqueados de las mismas pieles no tienen remedio alguno, el deseo es asqueroso pero imposible de parar.

Escuchando los malos olores y oliendo sus pensamientos, algunos con facha de ingleses sin un quinto en la bolsa, otros con pinta de musulmanes reprimidos con la bolsa llena de lingotes, cada uno tiene su mierda embarrada en la punta de la nariz.
Desearía tanto ser lo real que me merezco, la sombra real que habita cuando se paran de reojo a ver el sol, ese mismo que tienen años de no ver, si pudiese ser, la cura de sus males, el remedio de su enfermiza oscuridad, y a pesar de que me odian con muros y con palos atravesados, me escondo para que no se den a la fuga, heridos de dudas de sangre de remordimientos, con ganas de cagarse encima de mi, algunos lo hacen, quisiera quedarme vacía, inocente de nadie, sin candados, sin llamados a comer, ¡libres!, en fuga, con el vientre resignado y plano, verlos marcharse corazones secos, ver cada mañana, tarde y noche como se estrujan los testículos, las mordidas que le dan a sus manos, deseando desesperadamente vertirse en mí.

Ver puntualmente como piden a gritos ser piedra filosofal para que les alcance la vida y poder regresar con los que han dejado, pero ¿de qué serviría? ellos habrán muerto.

Mar de los delirios, capitanes susurrando a los 7 mares que han recorrido sus aguas, epístola aburrida de mis cadenas para ustedes, y sin embargo me quedan millones de cartas por entregar, ¡dormiré! La trompeta de las 7 es escandalosa, como ruiseñor en la ciudad. Asquerosa manía de no presentarme. La medieval Juana de Arco de sus incipientes vidas, sin gloria ni héroe, sin victoria ganada, solo sangre y muertos y desde aquí acumulo sus vidas, de todos, de cada uno, y de los que vienen…



l'écrivain: PiPa Fumatori ★

1 comentario:

  1. Por todos ellos, cada una de esas mentes sin cabeza.


    Los que te esperan y hasta los que te añoran en días de guerra, dónde el agua es escasa y las cantinfloras agonizan.


    En sus manos espolvoreadas de polvora y tus labios recién pintados de ese rojo rubí qe enloquece hasta el más cuerdo de los guerreros.


    Por tí, mujer de las miradas que intimidan debajo de las balas que se cocen en la carne del enemigo.




    *



    Media*Lunna

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Se Fuman Mis Ojeras.